Una de las secciones de este programa – que adoptaba el formato de un concurso con humoristas famosos – era “Ignorancia General”. Sacaba temas que se suelen tener por ejemplos de conocimiento general pero que resultaban ser falsos. Por ejemplo ¿qué nombre se le daba en el ejército romano al oficial al mando de 100 soldados? La contestación evidente - “centurión” - era incorrecta puesto que normalmente los centuriones mandaban sobre unos 83 hombres. ¡Vaya tema interesante!
Pero la siguiente pregunta me llamó poderosamente la atención. Era esta:
“¿Qué forma se le atribuía al mundo en la edad media?”
Los que participaban en el concurso (y, dicho sea de paso, un servidor también) decían casi al unísono. “¡plana! - en la edad media se creía que el mundo era plano”.
Pues no. Era una trampa. Resulta que no hay evidencia alguna de que se pensaba así en la edad media. Y, sin embargo, hay mucha evidencia de que se manejaba perfectamente no solo la forma esferoide del planeta sino que había cálculos bastante efectivos del tamaño y peso del mismo.
Entonces ¿por qué existe la opinión – bastante generalizada – de que en la edad media en general y antes de los viajes de Colón y Magallanes (o como mucho cien años antes) en particular, tanto “la gente” como “la iglesia” pensaba que el mundo era plano, incluso que los marineros pensaban que existía peligro real de caerse al vacío en caso de acercarse al borde? E incluso hay quién piensa que por eso se dudaba de la sensatez de los viajes de descubrimiento de Colón.
Parece que hay dos fuentes – las dos del siglo 19. Uno francés y el otro el autor americano de los Cuentos de Alambra y de quién Joseph Heller en “Trampa 22” afirmaba no recordar en que secuencia poner nombre y apellido – Washington Irving.
El francés era Antoine-Jean Letronne en un libro llamado “Las Creencias Cosmográficas de los Padres de la Iglesia”. Ese libro no lo he leído, pero si recuerdo el impacto de leer la historia del “marinero” Colón frente a frente con la ignorancia taimada y encapuchada de la iglesia de la inquisición de la pluma de Washington Irving. Allí tenías al joven Colón manteniendo que el mundo era redondo ante la absurda y amenazante insistencia de las autoridades eclesiásticas que que era plano.
Y he de confesar que no me creaba sensación de incongruencia alguna. La ignorancia de la edad media era bien conocida e imbuía mis conocimientos de la historia.
Solo que las discusiones no se centraban en si el mundo era redondo o no – extremo que nadie allí presente dudaba - sino en la distancia que habría que navegar entre España y Japón por la ruta occidental. Las autoridades afirmaban que era demasiado lejos para poder llegar con los víveres que cabían en una carabela de aquel entonces. Tenían razón. Si no hubiese tropezado con el Nuevo Mundo Colón y toda su tripulación hubiera muerto – él había calculado mal las distancias entre otras cosas confundiendo una milla árabe por una milla genovesa (esta última mucho más corta).
No sería más que una curiosidad si no fuera por el hecho de que una de las razones para el poco avance de la historia como ciencia (como lo es por ejemplo la astronomía o la biología de la evolución) es la arrogante suposición de primitivismo por parte de culturas alejadas de la nuestra en distancia o, sobre todo en tiempo.
La canción de Cole Porter “They all laughed at Cristopher Columbus when he said the world was round” (“todos se reían de Cristóbal Colon cuando afirmaba que el mundo era redondo”) puede ser todo lo divertida e ingeniosa que quieras. Pero es incorrecta. Lo que hacían era cuestionar sus cálculos y parece que tenían razón. Si no llega a ser por la existencia de América, claro está.
Curiosamente, la imágen que figura arriba no es, como puede aparentar, del siglo 16 sino es uan falsificación hecha más de 200 años después.